Cualquier momento del año puede ser una ocasión perfecta para recorrer La Alpujarra granadina, comarca privilegiada repleta de increíbles paisajes naturales y enclaves únicos. Se pueden idear mil maneras diferentes de recorrer estas tierras y en esta ocasión nuestra ruta está pensada para realizarla en coche. Para ello tomaremos como centro neurálgico el Hotel Mirasol, ubicado en Órgiva, corazón de la región y un lugar ideal para movernos con toda comodidad por el entorno.

Día 1: Descubriendo Órgiva

Una vez llegamos a Órgiva y tras haber hecho el registro en el Hotel Mirasol podemos comenzar a recorrer la localidad. Un enclave de marcado pasado árabe, que a día de hoy cuenta con una pintoresca población fruto de la mezcla de lugareños con gentes de distintas culturas.

En las inmediaciones del hotel, bajando por la avenida de González Robles, llegamos a la Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación, del siglo XV. Sus dos torres gemelas coronan el pueblo y son la imagen más reconocible de las postales de Órgiva.

Muy cerca, a través de la calle Doctor Fleming, llegamos al Aula Cervantina, donde encontramos una magnífica colección de diferentes ediciones del Quijote.

Tras el recorrido cultural, continuamos en dirección a calle Monarca, dispuestos a disfrutar de la naturaleza adentrándonos en la Ruta de Los Olivos Centenarios de Órgiva. Podremos completar la estupenda jornada paseando sin rumbo por sus calles y dejándonos embriagar por el ambiente pausado y alegre que se respira en esta pintoresca localidad alpujarreña.

Olivo centenario. Imagen Hotel Mirasol Órgiva

Día 2: Lanjarón, puerta de La Alpujarra

Lanjarón es casi un sinónimo de agua, y nada mejor para conocer la localidad que realizar la Ruta de los Pilares, que recorre las 14 fuentes repartidas por todo el municipio.

Fuente a fuente, iremos conociendo el pueblo, descubriendo sus calles y fachadas, desde la Fuente de las Adelfas a la del Grillo. Si tras el paseo «acuático» por el pueblo aún tenemos energía, aprovecharemos para realizar alguna de las rutas de senderismo que parten de él y de este modo conocer algunos de sus muchos espacios naturales, como la cabecera del río Lanjarón o la laguna de Nájera.

Tras la caminata, nada como relajarse con una visita al célebre balneario lanjaronense para disfrutar de los beneficios de sus aguas mineromedicinales.

Lanjarón. Imagen Wikimedia Commons

Día 3: Soportújar y Pampaneira 

Soportújar es un pueblo muy curioso que bien vale una visita. Sus habitantes se autodenominan brujas y brujos, y es que esta singular localidad, además de impresionantes vistas del Valle de Lecrín, la bella y típica arquitectura alpujarreña y sus senderos naturales, ofrece al viajero un verdadero parque temático urbano alrededor de estos personajes de leyenda.

Soportújar, tierra de brujas. Imagen Wikimedia Commons

Situado en el Barranco de Poquiera, Pampaneira es quizás el pueblo más hermoso y típicamente alpujarreño. Entre sus callejas encaladas de aspecto beréber, serpenteando entre bancales y terrazas, te cruzarás con tinaos, adarves y demás elementos de la particular arquitectura de La Alpujarra. Rincones de ensueño en los que el tiempo se detuvo para crear estampas casi oníricas.

Tras el festín de belleza paisajística, llega la hora de descubrir el sabor de esta tierra y disfrutar de un plato de los montes o unas migas con chocolate. Tras la comida y un merecido reposo, podremos dedicar la tarde a visitar alguno de los talleres de jarapas alpujarreñas y otras artesanías como la alfarería y el esparto.

Jarapas típicas de Órgiva. Imagen Hotel Mirasol Órgiva.

Día 4: Nos despedimos de Órgiva

De nuevo en Órgiva, y tras realizar la salida en el Hotel Mirasol, podremos dedicar algo de tiempo antes de partir para hacer esas compras de última hora en busca de regalos y souvenirs. En Órgiva es sencillo encontrar una selección de los mejores productos de la zona. Además de cargado regalos, esperamos que partas con la certeza de haber disfrutado de unas vacaciones inolvidables y, sobre todo, con deseos de volver por estas tierras.